Me llamo Ana y mi historia con Mimuki empezó hace unos años sólo que yo aún no lo sabía.

Durante el confinamiento de 2020 tuve la suerte de poder parar para pensar y aprendí a calmar la ansiedad y la tristeza pintando acuarelas y sumergiéndome entre pinceles y vasos de agua de mil colores.

En esas semanas volvió la creatividad que había dejado de lado durante años y decidí no a renunciar a ella.

Cuando todo acabó, decidí estudiar un máster de Diseño me confirmó lo que ya intuía y fue ahí cuando me lancé a la piscina. Desde el principio tuve claro que el diseño y la calidad serían siempre mi prioridad.

Quien me conoce sabe que no manejo bien la incertidumbre, pero sé que me hace feliz probar, cambiar y conocer. A estas alturas tengo claro que mi futuro es cambiante, pero la vida a veces va de eso, de salirte de tu carril y tomar otros caminos.

Gracias por llegar hasta aquí